martes, 8 de enero de 2019

De sonidos peculiares de la región andina, montañas verdosas,
nubes grises y un sol que escasamente saluda.
Desde un “Su Merced” hasta un “no hable con el conductor”.

De encuentros fortuitos, pizzas con borde de guayaba, 
barhopping y confesiones. 
Pequeños gorditos exhibiéndose en todo su esplendor,
rodeados de naturaleza muerta.
La colonial, de libertadores, espadas y escupideros.
Gusanitos que te pasean por la ciudad.
De vuelta a las despedidas, el salto fue más grande,
de viñedos, azules celeste, mates y comienzos”.
La de los nuevos aires...


Déjame hablarte en Do mayor, esta inocencia, y así llegar a tiempo para decirnos todo lo que cabe en un poema.  Déjame verte el sol tatuado ...