martes, 2 de marzo de 2010

Qué y si la luna repleta de versos relate un nuevo amanecer, donde somos testigos del eco que el tiempo nos devuelve en un bumerán de sueños rotos. Disfrazaríamos nuestro propio atardecer, antes del sol esconderse. Esperaríamos la noche en un portal de fragatas  y un beso ciego juntaría las coplas que no terminaron de escribirse.
Paseando por las calles del olvido, la pasión y la invención renuevan en la intimidad su baúl de momentos vagos, conjugando sueños a la perfección. De ahí el color a locura que despierta el sabor a nuevo de un mundo Inmerso en aguas negras.

Déjame hablarte en Do mayor, esta inocencia, y así llegar a tiempo para decirnos todo lo que cabe en un poema.  Déjame verte el sol tatuado ...