viernes, 27 de junio de 2008

Ardiente la noche en sus mejillases su lengua, su cuerpo arde lento, fuerte sin medida. El camino esta hecho, una, dos, tres vías, puede la imaginación servir de guía. Son sus labios, sedientos arden de locura, que recorre con sus dedos, suave, terso, tierno. Solo un poco mas de eso, quiere colmarse en calentura.

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Déjame hablarte en Do mayor, esta inocencia, y así llegar a tiempo para decirnos todo lo que cabe en un poema.  Déjame verte el sol tatuado ...