Con certeza, un tiempo pasó sin llegar a ti,
Entre nubarrones oscuros, sin poderte seguir,
Impedían tocarte en mi deseo,
Mas hoy, en este efímero suspiro, mi alma te encuentra,
Te persigue en el santuario de mi pecho,
Te sujeta con los hilos de mi mente inquieta,
Y en esta fortuna de mirarte, me abrazo a ti,
Como un sueño cumplido en cada palabra secreta, que va buscando y te va encontrando,
Como un verso perdido en el viento, y así no más,
La vida nos tejió en su telar sutil,
Y hoy, en esta sinfonía, estamos vibrando,
En el silencio de este encuentro furtivo,
Donde nuestras almas, sin palabras, están hablando…
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